sábado, 11 de septiembre de 2010

Con el sello de Mostaza

Sábado, 11 de Septiembre de 2010 04:02



En el momento más crítico a nivel deportivo y cuando parecía que el ciclo de Reinaldo Merlo llegaba a sus momentos finales, apareció el corazón de un Rosario Central que optó por no darse por vencido y sacó a relucir su temple en un reducto difícil para conseguir su primer triunfo en el certamen y encarar el futuro con una óptica mucho más optimista.

A la hora de hablar del cotejo ante Atlético de Rafaela, en primer término debe remarcarse que el técnico optó por dejar de lado las improvisaciones y el banco de pruebas para volver al estilo que mejor resultados le ha dado. Por eso, no llamó la atención encontrarse con un esquema férreo, conservador y con el contragolpe como principal herramienta.

Así fue como, con el correr de los minutos, los zagueros canallas comenzaban a erigirse en figuras y la velocidad y habilidad del interesante debutante Antonio Medina se transformaba en la carta ofensiva más importante que el conjunto de Merlo ostentaba en el pequeño estadio de Rafaela.

Luego de unos primeros diez minutos complicados para el equipo canalla, de a poco se solidificó y fue encontrando el rumbo del partido, hasta que a los 17 un exquisito pase Paglialunga encontró la posición de Medina, quien asistió con maestría a Danelón para que abriese el marcador con el arco a su merced.

A partir de ese momento, Central se aferró con uñas y dientes a la ventaja aunque en el último cuarto de hora del primer tiempo mostró sus mejores credenciales, ya que logró hilvanar tres jugadas colectivas que derivaron en acciones claras de gol que no pudieron ser capitalizadas por Moya, Figueroa y Paglialunga respectivamente.

En el segundo tiempo la historia no difirió demasiado de la del primero, aunque Central se vio obligado a retrasarse para defender por momentos con seis hombres debido a los constantes ataques de un Rafaela que lograba inquietar a pesar de no mostrarse fino con el balón.

Para colmo, Medina acusó recibo del cansancio y los peligrosos contragolpes del primer tiempo ya no aparecían, por lo que nuestro equipo debió recurrir al gran trabajo de Valentini y Braghieri en defensa, quienes junto al oficio del debutante Franco Peppino lograron desactivar la gran cantidad de centros que caían sobre el área del siempre seguro Broun.

A pesar de que el equipo estuvo lejos de lucir y agradar al paladar del hincha, es destacable que haya conseguido romper el maleficio y la sequía de triunfos y que Reinaldo Merlo se haya inclinado por utilizar el esquema y el modo de juego que mejor le sienta, que indudablemente es el único que puede brindarle más sonrisas que sinsabores.

Lejos de obnubilarnos por un simple triunfo, deseamos de corazón que sea el punto de partida para construir la recuperación ya que de poco servirán los tres puntos de anoche si no se obtiene un buen resultado el miércoles en Isidro Casanova. El torneo será largo, no habrá tregua ni respiro, aunque el viernes por la noche en Rafaela, solamente con corazón y disciplina Central demostró que está vivo y que nunca hay que darlo por vencido.

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